viernes, 18 de octubre de 2013

APROXIMACIÓN A EL CAIRO






En el imaginario general, egipcios es sinónimo de jeroglíficos. En el cole nos enseñaron que fueron precursores de la escritura tal y como la conocemos hoy y nos mostraron sus maravillas arquitectónicas. Pero lo que quiero compartirles hoy es un poquito más del camino que marcaron y continúan hoy otras culturas.
Como en todas las culturas de la época, hay una gran influencia religiosa. Los líderes políticos, llamados faraones en la antigüedad, eran considerados divinos, descendientes del dios Horus o del dios Ra (a partir de la dinastía V). Al morir los faraones, se los momificaba y se les construía una pirámide en la que reposarían sus restos junto a los tesoros que creían les serían útiles en la próxima vida. Un dato curioso: en cuanto a su aporte político a la sociedad en la que vivimos hoy, los egipcios fueron los fundadores de los gobiernos centralizados, del concepto de Estado y el calendario de 365 días.
Además de esto, los egipcios eran sumamente cuidadosos en cuanto a su imagen personal. Tanto hombres y mujeres usaban pelucas, se perfumaban y cuidaban su piel con ungüentos y aceites. Los ungüentos eran a base de trementina e incienso, polvos de alabastro y sal mezclados con miel y preparaban pociones contra los eritemas y los forúnculos hechos con leches de burra. Por lo menos en las clases nobles era un deber cuidarse los pies y las manos. 
Era habitual que los egipcios se pintaran los ojos cual delineados. Se cree que los tintes que utilizaban tenían una función curativa además de la artística. También, se adornaban con muchas joyas: brazaletes por sobre el codo, pulseras, grandes collares de oro y piedras preciosas de vivos colores, cinturones y más. Le daban una gran importancia a la belleza física y simbólica.


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